sábado, 18 de mayo de 2019

Amanda

- Pero claro! Soy un estúpido! - pensó Julio, e inmediatamente dijo en voz alta  - Enciéndete H630.

Un zumbido se escuchó en la habitación mientras una pantalla y alguna luces se iban encendiendo.

Julio había olvidado por completo el comando de voz para iniciar el sistema interactivo y el subidón de adrenalina, por el miedo, se lo trajo a la memoria.

Ahora sólo miraba la pantalla principal. Letras aparecían y desaparecían, hasta que finalmente apareció la imagen de una mujer joven.

- Hola Julio - le dijo.
- Hola Amanda. ¿Por qué me has despertado?
- Situación fuera de protocolo. Requiero decisión humana.

Julio recordó vagamente que algún entrenador había dicho que si la inteligencia artificial de la nave no podía resolver una situación, se los iba a despertar para que la resolvieran, y luego podrían volver a hibernar.

- ¿Cuál es la situación?
- Proyectando cámara exterior.
La pantalla dejó de mostrar la cara de la mujer y mostró sólo un cuadrado negro.

- No entien...- comenzó a decir Julio, pero se interrumpió a sí mismo cuando en la pantalla en donde  sólo se mostraba el espacio oscuro apareció una cápsula como la de él.
- La decisión involucra una vida humana. - dijo Amanda - ¿Qué debemos hacer?

Julio pensó por un momento.
- Zoom y control manual - dijo - mientras posaba los dedos sobre la pantalla.

Acercó el foco de la cámara y pudo leer en la cápsula "M-10111".
No sabía qué había ocurrido. ¿Pudo ser un meteorito que destruyó la nave y la cápsula salió eyectada? Las naves tenían incorporado un sistema anti colisiones, así que era poco probable.
Si la M-10111  se había estrellado contra un planeta o un asteroide, la gravedad del mismo habría retenido la cápsula.

- Dron de inspección - dijo.

Desde el techo de la nave se desprendió otra, mucho más pequeña, pero quedó unida a la principal por un cable. Con micro-propulsiones se fue acercando a la cápsula hasta poder tomarla con los brazos.
En frente de Julio y al lado de la pantalla principal se encendió otra, mostrando lo que cámara de vídeo del dron transmitía.

El dron recorrió toda la superficie de la cápsula con sus sensores. Parecía estar en perfecto estado, pero no era posible saber si su ocupante estaba vivo o no. El material de la cápsula no permitía que ninguna onda la atravesara. Tampoco servirían los sensores los de calor, pues un cuerpo hibernando está helado... o a la misma temperatura que uno muerto.

Julio estaba decidiendo si ordenar al dron a traer la cápsula cuando un pensamiento cruzó por su cabeza. Quizás haya sido uno de sus doctorados (específicamente el de Estadística y Matemática Aplicada), o quizás sólo sentido común.

- Amanda - dijo Julio - calcula la probabilidad de que dos cápsulas del programa "Fojas Cero" se encuentren en ésta fecha.
- La probabilidad es menor a uno en un billón.

Era lo que Julio esperaba escuchar.

El programa "Fojas Cero" había mandado todas las naves en diferentes direcciones. Mientras mas se alejaran de la tierra menos probabilidades de encontrarse unas con otras había. Y él había estado viajado 100 años a 10 kilómetros por segundo, como mínimo.

Y sin embargo, estaba ahí.

- Trae la cápsula - dijo -  voy a salir.

Amanda comenzó a recoger el cable, tirando lentamente del dron, que  su vez traía la cápsula en sus brazos.

Julio se dio vuelta, con la idea de dirigirse al armario de traje exterior cuando el destello de un recuadro azul apareció en la pantalla principal, mientras emitía un tenue pitido intermitente.

Al estar la cápsula más cerca de la nave, sensor de la misma había captado algo que los del dron no.  Julio volvió a mirar la pantalla, escudriñando casi píxel por píxel... y lo encontró: Un pequeño haz transparente salía de la cápsula, distorsionando la poca luz que le llegaba. De haber estado en completa oscuridad hubiera sido invisible.

- ¡Escape de gas! - dijo Julio, y se abalanzó sobre la pantalla principal, tomando el mando de los controles. Deslizó los dedos por ella rápidamente haciendo que el dron abriera los brazos y se impulsara hacia atrás, alejándose de la cápsula.

- Amanda, termina de recoger el dron - dijo Julio.

Por un momento, en ambas pantallas se vio la cápsula, hasta que la más pequeña se apagó indicando que el dron había llegado a su posición sobre la nave.

- Amanda, ¿hay daños en el dron?

La pantalla mostró en letras grandes "Analizando sistemas del dron", seguida de unos números que corrieron rápidamente de 1 a 100. Finalmente, aparecieron desde abajo de la pantalla las siguientes frases:
 - Todos los sistemas al 100%.
- Sujeción a la nave 4/4
- Contacto con la nave 8/10.

Al parecer dos de las placas de contacto del dron con la nave estaban dañados. O quizás simplemente sucios.

Los sistemas eran redundantes por dos y algunos hasta por tres veces, así que no representaba ningún problema por el momento, pero de todas maneras existía la posibilidad de salir a verificar, y en ésto estaba pensando Julio cuando en la pantalla principal la cápsula estalló en silencio.
A Julio parecieron salírsele los ojos de las órbitas.

- ¡Amanda, análisis de carbono! - dijo en un tono alarmante.
- Inexistente.

La cara de Julio pasó de la sorpresa a la preocupación. No había carbono, que es lo que compone a todo ser vivo, lo que significaba que no había habido nadie en la cápsula, pero ¡¿cómo!?

Julio empezó a intentar entender lo que había pasado, a sacar conjeturas, cuando la imagen de Amanda apareció en la pantalla e interrumpió sus pensamientos diciendo: - Retomando programa "Fojas Cero".

Entonces entendió que no quedaba nada por hacer y no podía perder tiempo estando consciente.

Volvió a su cápsula.

- Amanda, inicia proceso de hibernación.

Las luces y pantallas se apagaron, la cápsula se cerró y un gas anestésico la inundó.
El último pensamiento de Julio fue: "Podría haber sido yo..." instantes antes de dormirse y de que un líquido viscoso lo cubriera por completo.


martes, 30 de abril de 2019

Julio

Julio despertó con un sabor amargo en la boca y un poco mareado.
Lo primero que vio fue la tapa de su cápsula sobre él. Le tomó un momento ubicarse en el contexto.
Se incorporó lentamente y vomitó a un costado de la cápsula. Inmediatamente los pequeños cuadrados del piso giraron una vuelta completa apareciendo limpios de nuevo.
Los pisos autolimpiantes eran algo común en su época.

Allí sentado, lo recuerdos llegaron poco a poco, hasta que supo quién era y qué hacía en ese lugar.

- ¿Ya llegué? - Pensó - ¿ya pasaron 5000 años?

La nave estaba en oscuridad total. No era extraño. Para qué se necesitaba luz si no habían humanos despiertos? Sólo un leve resplandor salía de la cámara , iluminando apenas una letras en el costado: "H-630"

Se alegró de recordar ese número y sentirlo familiar.

Había pasado muchos meses entrenando en los simuladores de nave. La suya era la H-630.

Julio trató de dirigirse de memoria a la consola de controles, pero no pudo. Apenas dio el primer paso se resbaló en el líquido en que estaba embadurnado y cayó sentado en el suelo.
Se rió a carcajadas y la risa retumbó por los rincones de la nave.
- Casi me mato de un golpe, y pensar que de mí depende el futuro de la raza humana... - Pensó divertido.

- Luces! - dijo en tono neutro, esperando que se encendieran las luces... pero no ocurrió.
- Luces! - dijo nuevamente, con un volumen más alto. También sin resultado alguno.

- ¿O se dañó el circuito de micrófonos o el de las luces - pensó apesadumbrado - ¿pero cómo?... Quizás en el aterrizaje...

Si había sido en el aterrizaje y sólo eso se había dañado, entonces estaba de suerte. Allá por el 3525 se decía que no todas las naves llegaría de nuevo a la tierra, y de las que llegaran muchas se destruirían en el aterrizaje, puesto que no se sabía cómo habría cambiado el planeta. Por ello, las cápsulas estaban hechas a pruebas de golpes e incluían todo lo necesario para sobrevivir un tiempo en ambientes hostiles, si se sobrevivía primero al impacto, claro.

Excitado por la posibilidad de ver un planeta nuevo, no se había acordado que estaba todavía empapado en el líquido de hibernación, y sintió un poco de frío.

Se incorporó con extremo cuidado y de un compartimiento de la cámara tomó una linterna la encendió, apuntó a la oscuridad y comenzó a caminar, arrastrando los pies para no caerse de nuevo.
El suelo se iba auto-limpiando detrás de él.

Ingresó a oscuras a un cilindro transparente, dejando la linterna encendida pegada con un imán en el borde. Una vez dentro, cerró la puerta y el cilindro lo roció con micro-partículas de agua y vapor, para luego envolverlo con ráfagas de aire caliente.
Debajo de él se escuchó un zumbido. - El sistema de reciclaje de agua de la ducha parece funcionar - pensó. 

Abrió la puerta, tomó la linterna y la apuntó a un costado del cilindro. Apoyó la mano en la pared, en donde alumbraba, empujó levemente y cuando retiró la mano se desplazó ese pedazo de pared hacia afuera, trayendo consigo un par de rieles.de los cuales colgaban dos mamelucos grises.

Tomó uno, se lo puso, y se dirigió guiado por la linterna al panel de control. Lo iluminó y sólo vio pantallas apagadas.

- Claro, tenía que pasarme a mí - pensó.

En su momento, Julio se había salteado las clases de operación manual, sabiendo que existía un manual de instrucciones en el panel de control. Claro que fue justamente en esas clases en donde decían en qué lugar estaba el manual de instrucciones.

Julio comenzó a tocar y a presionar cada centímetro de las inmediaciones donde no hubiera una pantalla o un botón, hasta que finalmente encontró una saliente en forma de manija.

- Si los sistemas no funcionan, los cajones electrónicos tampoco - pensó - entonces el libro tiene que estar detrás de un mecanismo manual... obvio! - farfulló a la vez que giraba la manija.
 Una pequeña compuerta se abrió, dejando un hueco del cual sacó un libro de unas 2000 páginas.

Se sentó en el suelo, apuntó con la linterna a la primera página y pudo leer claramente "PARA INICIAR LA CONSOLA PRESIONE POR DIEZ SEGUNDOS EL BOTÓN EN EL TECHO DEL RECINTO DE DONDE TOMÓ ÉSTE MANUAL"

Julio metió la mano en el hueco que había dejado el libro, tanteó la parte superior, encontró el botón y lo presionó por diez segundos.

Una pantalla pequeña y un teclado retroluminado se encendieron.

Julio se incorporó nuevamente, miró la pantalla y un terror frío recorrió sus entrañas.

En la pantalla se leía "Fecha: 21 de Octubre de 3625".

Sólo entonces se percató del silencio. No había escuchado ni un sonido desde que despertara. La tierra, se suponía, debía estar rebosante de vida animal. Pero claro, no habían pasado 5000 años, ni había llegado a la tierra. Habían pasado sólo 100, y seguía en el silencioso espacio exterior.

lunes, 22 de abril de 2019

Reiniciar

Poco más de dos mil años le tomó a la humanidad destruir su planeta y sellar su destino.
Superpoblación que derivó en contaminación de las tierras y aguas.

Los que conocíamos la historia tratamos de evitarlo por siglos.

Dos guerras mundiales no fueron efectivas. Tampoco la pobreza subsiguiente.

Usando tecnología se creó una red de entretenimiento llamada televisión, con la idea de mantener a la gente en sus casas. El sedentarismo debería haber matado a la mayoría de la población. No tuvimos éxito: El cuerpo humano se adaptó con facilidad.
Sumamos a eso alimentos procesados, carbohidratos y sodio en exceso. También con relativo éxito: el colesterol y la hipertensión arterial eran demasiado lentos y generalmente traía la muerte luego de la etapa reproductiva.

Si queríamos controlar la natalidad, debíamos hacer algo en las etapas de niñez o adolescencia del ser humano. Evitar nuevos nacimientos.

Creamos una  nueva red mundial llamada internet. Creamos dispositivos para consumirla en cualquier lado, no sólo en los hogares. Creamos programas llamados redes sociales, para captar a la mayoría de la gente. Y lo conseguimos. Al menos al principio. La gente prefería estar en esas redes a contactarse personalmente y las tasas de nacimiento bajaron.

No contamos con que el impulso sexual y la ambición de los seres humanos es mucho mas fuerte.

Esas mismas redes fueron usadas para otros propósitos.
Sólo el 6%  transmitía fotografías, de gatos y comida en su mayoría, es decir, para lo que fue concebida.
El 90%  se usó para transmitir pornografía. No era tan grave. La gente que la consumía en general eran solitarios y/o antisociales.
Pero el uso que se le dio al 4% restante fue el inicio del colapso. Unos pocos humanos, muy ambiciosos usaron la red para vender sus productos. La distribución y consumo de plásticos y baterías se disparó exponencialmente.

Intentamos concienciar del problema. usando esa misma red, pero ya era tarde.

Desesperanzados, lanzamos un movimiento anti-vacunas. Muchos niños murieron, pero no los suficientes.

Finalmente decidimos apagar los servidores de internet. Fue un caos. Las grandes economías colapsaron. Durante unas décadas la pobreza y el hambre hicieron su trabajo, ayudados por enfermedades que había sido controladas pero que volvieron. Hubo muchas muertes, sobre todo en los países pobres. Pero los países desarrollados ya no necesitaron las redes para vender. La gente ya conocía esos productos y los demandaba. Las rutas para la logística existían. Se siguió consumiendo. Se siguió contaminando.

La que una vez fuera la perla azul del sistema solar se convirtió en una mancha marrón difusa.

Hoy, 10 de Enero de 3525, acaba de lanzarse programa "Fojas Cero".

Al igual que hicieron los egipcios (y sospechamos que quizás alguna otra vez antes, pero no tenemos documentación que lo respalde), empezaremos de nuevo.

Treinta mil personas cuidadosamente seleccionadas y conscientes del problema, fueron puestas en cámaras de hibernación y lanzadas al espacio.
Mientras ellos viajan, nosotros aquí usaremos arsenal atómico para eliminar de la faz de la tierra al hombre y dejar que la naturaleza haga su trabajo de limpieza.
Las cámaras van en naves comandadas por una inteligencia artificial que deberá traerlos de vuelta a la tierra en 5000 años, para reiniciar la raza humana.

También, como hicieron los egipcios, dejamos todo documentado para poder ser alcanzado y leído sólo cuando lleguen a cierto nivel de evolución, así podrán entender su pasado, con la esperanza de que no lo repitan.

En ellos van nuestros genes, y las últimas oportunidades de evitar la extinción.

Amanda

- Pero claro! Soy un estúpido! - pensó Julio, e inmediatamente dijo en voz alta  - Enciéndete H630. Un zumbido se escuchó en la habitación...